
12 planes increíbles para hacer en pareja en las Islas Baleares
No hay mejores recuerdos que aquellos que son compartidos con alguien especial; por eso, visitar las Islas Baleares en pareja es todo un acierto.
Ir a donde te lleve el viento puede ser una gran idea en las Islas Baleares. Allí, te encontrarás con grandes molinos que constituyen un emblema y un valioso elemento del patrimonio cultural del archipiélago.
Y es que las islas cuentan con todo un ejército de gigantes, como diría El Quijote, que han sobrevivido durante siglos al paso del tiempo. En su día generaban energía y sustento a los habitantes de la isla; hoy siguen en pie como testigos de aquella época y como símbolo característico del paisaje interior balear.
El primer molino que utilizaron en las islas fue el molino de vaivén y estaba presente en todos los poblados talayóticos de Baleares. Después se popularizaron los molinos harineros de viento y más tarde los de agua. Los primeros datan de 1262 y normalmente están formados por torres cilíndricas de 7 u 8 metros de altura. Los de agua aparecieron en el siglo XIX y se calcula que en Mallorca llegó a haber más de 4.000 de este tipo.
Aunque en todas las Islas Baleares es posible encontrar un gran número de molinos, Mallorca conserva unos 2.000 ejemplares. Si quieres descubrir cómo era la vida en la isla y aprender más sobre estos bellos ingenios, sigue esta ruta por los molinos de las Baleares.
Las elegantes estructuras de los molinos mallorquines inundan toda la isla. Los más simbólicos y visibles son los que se utilizaban para extraer agua, caracterizados por su “flecha” y utilizados para bombear agua hasta un depósito. De estos todavía quedan unos 2.500 y muchos, más de 650 ejemplares, se encuentran en los Molinos del Pla de Sant Jordi.
También merece la pena visitar el conjunto histórico del barrio del Jonquet de Palma con sus molinos considerados Bien de Interés Cultural. Las aspas sobresalen entre los tejados de las casas creando una imagen verdaderamente curiosa.
La isla menorquina fue la primera del archipiélago en utilizar la fuerza del viento en forma de molinos. A día de hoy solo han sobrevivido en buen estado unos 30 ejemplares; entre los que destaca el Molí de Dalt construido en 1762. Este todavía conserva su estructura y fachada originales y en el interior posee un museo etnológico donde se exhiben herramientas del campo de la época.
El Molí des Comte de Ciutadella es otro de los molinos mejor conservados de la isla. Construido en 1778, se utilizaba para moler el trigo y obtener harina.
La mejor forma de conocer las tradiciones y la vida de las islas pitiusas antiguamente es visitar Punta des Molí, un conjunto de gran valor donde visitar un molino centenario, una sala de exposiciones…
También merece la pena el Molino de Puig d’en Valls que funcionó hasta 1940, cuando un decreto detuvo la producción alimentaria tras la Guerra Civil. Es el único de la isla que posee intacto todo el mecanismo y se puede visitar, ¡así que no te lo pierdas!
Sigue la brisa del Mediterráneo y llega hasta los lugares donde el viento se utilizaba como energía y herramienta de trabajo. Volverás atrás en el tiempo y revivirás las antiguas costumbres de la isla.
No hay mejores recuerdos que aquellos que son compartidos con alguien especial; por eso, visitar las Islas Baleares en pareja es todo un acierto.
Cada una de las cinco islas tiene su encanto y sus peculiaridades; así como cientos de rincones por descubrir que son únicos en el mundo.
La belleza de sus paisajes es indiscutible pero, más abajo, en su subsuelo se esconden verdaderos tesoros en forma de cuevas.