Los faros de Menorca son uno de los iconos más representativos de la isla. Como fieles compañeros y guardianes del mar producen un hechizo en todo aquel que los contempla. Han sido fuente de inspiración para artistas, músicos y poetas, y es que han brillado durante muchos años para que toda travesía tuviese un final feliz. ¿Quieres acompañarnos por este increíble viaje a través de los 7 faros de Menorca?

Faro de Favàritx

Acercarse a Favaritx y a su desértico y lunar entorno es como transportarse a otro planeta. Proyectado sobre rocas de pizarra negra, el más famoso de los faros de Menorca fue construido en 1917, pero la falta de fondos y problemas con el antiguo propietario de las tierras paralizaron unas obras que no se remataron hasta 1922. Es característica su franja helicoidal negra que recorre una torre de 28 metros.
La carretera que lleva hasta el cabo Favàritx permite descubrir también el ‘Cos des Síndic’, una balsa de agua de gran importancia ecológica que se abastece de precipitaciones y de los temporales que hasta allí llegan. Es uno de los sitios favoritos de menorquines y turistas para ver preciosos atardeceres, ¡pero cuidado!, porque también es uno de los puntos donde la Tramuntana sopla con más fuerza.

Faro de Favàritx, faros de Menorca

Faro de Mahón – Sant Carles

Inaugurado en 1852, este faro fue construido dentro de las instalaciones militares donde se encuentran los restos del castillo de San Felipe, por lo que su acceso está restringido. Después de décadas de conflicto entre altos mandos y los torreros fue apagado en 1912 ya que los fareros allí destinados estaban atemorizados porque los proyectiles de las prácticas de tiro del cuartel llegaban a entrar dentro de sus viviendas.
El antiguo faro fue sustituido por un fanal móvil sujeto a un pescante que se plegaba durante las prácticas. Finalmente, en 1961 se edificó la torre de bandas blancas y negras y 10 metros de altura que actualmente se erige frente al mar. A pesar de los múltiples cambios que este faro ha sufrido, el Faro de Sant Carles puede considerarse el más antiguo de todo Menorca. Imprescindible las vistas hacia el Fuerte Marlborough o la Fortaleza de Isabel II si te acercas por estas históricas coordenadas.

Faro de Isla del Aire

Hasta la construcción del faro de Moscarter en 1977 en Ibiza, el del Aire fue el faro más alto de las Baleares con una escalera de caracol de 165 peldaños. Su imponente figura se levanta en un pequeño islote deshabitado al sureste de Menorca que alberga una rica biodiversidad, sobre todo en el terreno de la ornitología, y es hábitat natural de la lagartija negra, un reptil que se ha convertido en uno de los estandartes de la isla.
El faro se divisa desde la cercana playa de Punta Prima y se puede acceder hasta él en servicio de barco-taxi. También son de gran interés los fondos marinos de los alrededores.

Faro de isla del Aire, faros de Menorca

Faro de Cavalleria

El más septentrional de los faros de Menorca fue inaugurado en 1857 para reducir los más de 700 naufragios que se habían producido en sus costas desde el siglo XIV. Su torre blanca está situada a más de 90 metros sobre el nivel del mar, por lo que el faro está rodeado de espectaculares acantilados y es un punto excelente para disfrutar con las mejores panorámicas de toda la costa norte.
Es el único que cuenta con centro de interpretación, pero sin duda el mayor reclamo son sus increíbles puestas del sol, tan de moda últimamente que la multitud que allí se agolpa (sobre todo en los meses de verano) puede llegar a restarle magia al lugar.

Faro de Cavalleira, faros de Menorca

Faro de Sa Farola

También conocido como el Faro de Ciudadela, tan sólo nos llevará 30 minutos de agradable caminata entre pinos llegar a su base desde el puerto de la ciudad. Su luz nos dará la bienvenida si llegamos por mar a Menorca. Si pasas un día en Ciudadela, el Faro de Sa Farola merece una visita.
Fue inaugurado en 1863 y construido tan cerca del puerto que las instalaciones se inundaban con el embate del mar, por lo que fue necesario levantar un muro de contención una década después. El faro se construyó en un pequeño peñón desde donde se obtienen unas vistas increíbles del Castillo de Sant Nicolau así como de la isla vecina de Mallorca.

Faro de Sa Farola, faros de Menorca

Faro de Artrutx

Seguimos nuestro recorrido por los faros de Menorca occidentales y llegamos al Faro de Artrutx, fanal que tiene la óptica más antigua de todos y se encuentra a 7 kilómetros de Ciudadela. Ocho años después de su construcción en 1859 se le añadieron cuatro contrafuertes a su característica torre de franjas blancas y negras, siendo el único de todas las Baleares con esta particular fisonomía.
Junto con el de Capdepera, en Mallorca, este faro marca los extremos del estrecho que separa las dos islas, siendo un lugar idílico no sólo para disfrutar de maravillosas puestas de sol, sino también para pasar momentos especiales en su restaurante.

Faro de Artrutx, faros de Menorca

Faro de Punta Nati

Un siglo después de su inauguración en la costa norte, el Faro de Punta Natí sigue teniendo la misma apariencia luminosa que en sus orígenes allá por 1913, mostrando 3+1 destellos blancos cada 20 segundos. Fue construido debido a presiones del gobierno francés para evitar naufragios y accidentes.
El terreno que rodea al faro es totalmente cinematográfico y está plagado de peligrosos acantilados, con la presencia de Mallorca en el horizonte y unas puestas de sol espectaculares. El camino hasta el cabo recorre un árido y agreste paisaje (típico de esta zona de la isla conocida como la ‘Menorca seca’), donde poder divisar unas extrañas pero curiosas construcciones de varios siglos de antigüedad que dan cobijo al ganado en invierno.

Faro de Punta Nati, faros de Menorca

Desafiando olas, viento y temporales, los seculares cimientos de todos estos faros se agarran firmemente a la roca y, como dijo Baudelaire, “son un prisma maravillosamente apropiado para distraer los ojos sin cansarlos jamás”.

Faro, vistas, mar