
11 planes para hacer en familia en Mallorca
Mallorca es conocida por su bonito y diverso paisaje. ¿Por qué no explorarlo a lomos de un caballo?
Guardián de la costa y guía de los marineros en las noches oscuras. El faro es un elemento marítimo inconfundible que durante siglos ha marcado el rumbo de los barcos que, al acercarse a tierra, corrían el riesgo de encallar en rocas o acantilados.
Las altas torres se coronan con una bombilla giratoria que emite un haz de luz visible a muchas millas de distancia. Los marineros, desde sus naves, al otear el horizonte en medio de la noche son capaces de verlo y corregir su rumbo. Por eso, se ubican en zonas costeras escarpadas con acantilados y salientes peligrosos para los buques.
Sin embargo, hoy en día, los sistemas de navegación modernos los han dejado casi obsoletos. Pero esto no les ha hecho perder ese aire romántico que desprenden ni su valor histórico y cultural.
La costa de Mallorca está salpicada de faros debido a su estratégica situación en el Mediterráneo, un lugar de paso de muchas rutas marítimas, y por la propia geografía de la isla. Algunos de ellos son joyas en sí mismas y merecen una visita; no sólo por su belleza y valor histórico, sino también por el paisaje y las puestas de sol que los enmarcan.
Estos son algunos de los más especiales de la isla:
El Faro de Formentor se encuentra en un cabo que recibe el mismo nombre y está formado por una península de 12 kilómetros de largo y unos 3 de ancho; situada en el norte de Mallorca. Sin duda, uno de los enclaves más impresionantes de las Islas Baleares.
Para levantarlo hubo que construir antes la carretera y transportar hasta allí todos los materiales con la ayuda de mulas. Finalmente, se inauguró en 1863.
Este faro es el segundo más antiguo de España todavía en funcionamiento. Fue construido en el siglo XV y conserva, desde 1617, el mismo diseño y aspecto medievales. Por todo esto, ha sido declarado monumento histórico.
En su interior alberga un pequeño museo con una exposición permanente sobre los faros de la isla, sistemas de iluminación y señales marítimas.
Es casi tan antiguo como el de Formentor y se levanta sobre los acantilados más altos de la isla, guiando a los marineros que se dirigían a la bahía de Palma desde el sur.
Su preciosa torre blanca y su linterna, que emite destellos cada cinco segundos durante toda la noche, dibujan el horizonte de Cap Blanc. Las vistas y las puestas de sol son espectaculares.
Es uno de los más bonitos y fotografiados de la isla ya que sus características bandas horizontales de color azul y negro lo hacen muy especial. Además, es visible desde cualquier punto de Porto Colom por lo que nadie le pierde de vista.
Es el encargado de vigilar las aguas del Canal de Menorca desde el lado mallorquín; por lo tanto, en días claros, es posible divisar la isla vecina en el horizonte. Su compañero es el faro de d’Artrutx, que saluda por las noches desde la costa de Menorca.
El emplazamiento es espectacular y hace que merezca la pena la subida por una carretera estrecha y sinuosa.
Aquellos que vuelan a la isla cuando ha caído la noche, con un poco de suerte, pueden ver su luz desde el avión. Esto es posible gracias a que utiliza una linterna aeromarítima, visible tanto desde el mar como desde al aire.
Además, visto desde tierra, el faro se caracteriza porque fue pintado con unas bandas negras helicoidales.
Recorrer la costa de Mallorca visitando sus faros puede ser una experiencia inolvidable: historia, paisajes y mar. Lo mejor es coger el coche y dar la vuelta entera, repasando sus cabos y salientes para ir al encuentro de los faros más bonitos de la isla.
Mallorca es conocida por su bonito y diverso paisaje. ¿Por qué no explorarlo a lomos de un caballo?
Habría que inventar nuevos colores para hablar de todos los tonos de azul que se pintan sobre las aguas que bañan Mallorca.
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