Están muy equivocados aquellos que piensan que Mallorca termina en sus numerosas y espléndidas playas; o que hay poco que hacer y qué ver en la isla fuera de los meses estivales. Hay muchísimas actividades con las que disfrutar de Mallorca cuando acaba el verano. Y es que, entre otras cosas, la bondad y las particularidades de su clima logran que el otoño sea prácticamente una segunda primavera. Naturaleza, gastronomía, deporte, historia, arte…Sean cuales sean tus gustos, seguro que encuentras algo que hacer. De momento, te vamos dando unas cuantas pistas.

Naturaleza

Mallorca está plagada de lugares naturales con encanto a los que el otoño otorga una magia especial. Es absolutamente imprescindible recorrer en dicha época, y con cierta tranquilidad, la Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2011: el auténtico tesoro natural de la isla. No se debe uno perder, también en el norte, el espectáculo de Ses Fonts Ufanes. Un misterioso fenómeno hidrológico que se produce en invierno: fuentes subterráneas que manan del suelo del bosque sin previo aviso. Otro de los grandes atractivos naturales de Mallorca son sus cuevas. En la isla existen más de 200. Como mínimo hay que dejarse cautivar por la belleza de las de Artá, Drach o Hams.

Mallorca cuando acaba el verano_Sierra de Tramuntana

Palma de Mallorca

La capital de la isla bien merece unos cuantos paseos. No se puede dejar de conocer su increíble catedral, la Seu: todo un icono de la isla y una joya del gótico levantino. Ni el resto del casco histórico, plagado de palacios y patios señoriales. Para pasar el día: el conocido como «Soho balear», el Barrio de Santa Catalina, uno de los lugares de moda y con más encanto de Palma. Y para los amantes de la noche: La Lonja, una zona de la ciudad que despierta al caer el sol.

Mallorca cuando acaba el verano_Catedral de Palma de Mallorca

Pueblos singulares

Mallorca está plagada de localidades con un encanto especial que en otoño ofrecen un plus de paz y tranquilidad. Tanto en la costa (Banyalbufar, Andratx, Portocolom… y demás pueblos marineros), como en el interior (donde encontramos pequeños lugares paradisíacos como Orient y Esporles), o visitando los tres pueblos del llamado «Triángulo de oro» de la Sierra de la Tramuntana (Sóller, Deiá y Valldemossa). Otra actividad perfecta para realizar en Mallorca cuando acaba el verano para poder recorrerlos así con más calma.

Mallorca cuando acaba el verano_Sóller

Deportes

Más allá de los deportes acuáticos, playeros y veraniegos, Mallorca es un lugar inmejorable para los que gustan de practicar el senderismo, con un montón de opciones y niveles de dificultad. Además, en los últimos años se ha convertido en destino prioritario de aficionados al mountain bike (todo un estilo de vida), y a esa especial forma de caminata atlética llamada nordic walking. Por no hablar de los aguerridos practicantes de la fusión de deportes de aventura conocida como coasteering. Aquellos que prefieran actividades algo más reposadas deben saber que la isla es un paraíso para los amantes del golf o que resulta ideal para recorrer a lomos de un caballo.

Mallorca cuando acaba el verano_Mountain Bike

Gastronomía

Con el suave descenso de las temperaturas, el otoño es una época ideal para enfrentarse al gran despliegue de la cocina mallorquina. Podemos empezar visitando sus modernos mercados gastronómicos, continuar buscando la ensaimada perfecta y acabar conociendo las joyas de su repostería tradicional. También es buen momento para degustar esos guisos típicos de la isla no aptos para el verano: el «bullit» (cocido con garbanzos y arroz, de carne o de pescado), el «frit» mallorquín o la «greixonera». O para rendirse -con más tranquilidad que en verano- ante algunos de los más singulares restaurantes de la isla.

Mallorca cuando acaba el verano_gastronomía típica de Mallorca

Molinos, talayots y faros

Historia viva y arte popular. En Mallorca se conservan más de 2.000 ejemplares de molinos de diversos tipos que te asaltarán nada más aterrices en la isla. Merece la pena conocer conjuntos como el del Pla de Sant Jordi o el Jonquet. El otoño es también ideal para visitar sin calor los rastros de la misteriosa cultura talayótica o para acercarse con sosiego a los faros más bonitos de su accidentada y estratégica costa.

Mallorca cuando acaba el verano_faros de Mallorca

Y sí, el caso es que finalmente podemos también acudir a las playas mallorquinas: tan concurridas en verano y mucho más tranquilas en el otoño. Quizá no apetezca darse un baño, pero bien podemos pasear por ellas… o quizá disfrutar de algunos de los más impresionantes atardeceres del Mediterráneo. Queda claro: hay un montón de planes posibles para realizar en Mallorca cuando acaba el verano. ¡No te los pierdas!

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